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Lo más difícil es querer a alguien y ser lo suficiente valiente para dejar que te quieran.

lunes, 25 de junio de 2012

Cold-Hot.


Tengo miedo.No quiero que se vaya el frio.No,Ahora que vuelve el calor tengo miedo de lo que pueda pasar con mi pequeño trocito de hielo. ¿Qué va a ser de ella con tantos rayos de sol, con las mañanas calurosas de domingo y la emoción de la gente con ponerse morena? Creo que se va a volver loca, quizás debamos emigrar a la Alaska o algo así. Genial, seremos los reyes de unas cuantas hectáreas de nieve, tendremos uno o dos pingüinos en el jardín, nos tocará comer sopa todos los días y me esperarán luchas continuas con ella y el abrigo. Apuesto lo que sea a que es capaz de querer salir en pijama a la nieve. Dioses, que ni se le pase por la cabeza. Y no bromeo, ahora mismo está cogiendo las bolsas de guisantes del congelador del supermercado para jugar con ellos aunque le haya dicho que no debe hacerlo. ¡Vaya pieza! Será mejor que apure, o la pillaré abrazando también a las pizzas congeladas.Ama el frio.Es una chica a la que le han dicho muchas mentiras,tanto que un día se volvio nihilista.No queria ser esa chica con la que los chicos pasan el tiempo intentando encontrar a la perfecta.
-¿Intentando construir un iglú, preciosa le digo,sabiendo que empezará a reirse? Habíamos quedado que nada de abrazar a la comida congelada, que si no me pongo celoso–la sorprendo por la espalda, haciendo que dé un bote y un temblor le recorra la espalda.A veces se asusta cuando me ve,no sé,creo que no esta acostumbrada a esperar a alguién y se sorprende cada vez que me ve,incluso se pone nerviosa.
Se gira hacia mí con cara de disculpa,poniendo cara de inocente y escondiendo la bolsa de guisantes a su espalda mientras intenta meterla de nuevo en el congelador. Ser discreta nunca se le ha dado bien y la patosidad corre por sus venas como el mismísimo hielo. Se cae de todos lados y a todas horas.Es una patosa gigante.La gravedad hace de las suyas y consigue tirar la bolsita al suelo, haciendo ese ruido tan molesto que mezcla plástico y un montón de cosas pequeñas moviéndose (obviamente, los guisantes).Se enfurruña al instante y con un sonrojo de enfado y vergüenza mi esquimal de alma se agacha a la velocidad del rayo y los echa con cariño en la cesta que traigo.
-Pensé que te gustaban los guisantes congelados, mira que cara de pena se les ha quedado. No debes echarles la culpa de que a tus manos se les dé siempre por tirar las cosas al suelo.
-Está nerviosa. La tele no se ha estado callada y ha anunciado subida de temperaturas para este fin de semana. ¿Qué va a ser del copo de nieve que tengo en la terraza?la cara de pena que se asienta en su frente y en sus labios me hace estremecer. La pena que despide es casi tan grande como el frío que la moldea.
-Si me permites que lo lleve a la casa helada que está justo encima de la nevera de casa te prometo que no le pasará nada –le paso un brazo por la cintura y empiezo a andar hacia cualquier otra sección del supermercado. La última vez que pasamos más de cinco minutos allí terminó adoptando a tres bolsas de patatas congeladas, dos de croquetas y varias pizzas porque decía que en aquel sitio hacia demasiado calor para aquellos pequeños trocitos de frío como ella. Estar a temperaturas bajo cero no era suficiente para ella.
-¿Y puedo estar con él allí?
-¿Y no prefieres pasar una noche de frío casi nórdico con helado de chocolate con semejante caballero mejor que con tus copo de nieve de la terraza? –me hago el ofendido antes siquiera de que conteste. Me abraza como toda respuesta. Me abraza de verdad, como le he enseñado, justo por debajo de las costillas y apretándome con la poca fuerza que tiene a su cuerpecito-. Tomo tu abrazo de oso polar profesional como un sí –le sonrío y se queda parada cuando se da cuenta de que lo ha conseguido, esta vez de verdad y sin darse cuenta.
Antes de que pueda evitarlo la veo abrazando de nuevo la bolsa de los guisantes mientras va dando saltitos por la sección de congelados,le encanta dormir acompañada,y más ahora que su mono amelio no esta,hace tanto calor,asi que hago un esfuerzo en saber que esa noche ronquiditos hara de las suyas.Hoy dormirá con su mejor amiga pero se que preferiria dormir conmigo y en vez de darme un beso de buenas noches por mensaje darme una noche de buenos besos.
Empiezo a creer que debería estar celoso de esa bolsa de diminutas partículas de amor congeladas, si no fuera porque me regala una sonrisa con cada giro diría que se estaría yendo con un amante.Pero se que no es asi. Esta me la pagáis, guisantes congelados,Betty es mi trocito de frío diciembre,y lo se porque ella me lo dice,porque siempre ha sido una chica de palabra,aunque sea verano y a ella le de miedo que no nieve.