Marth vivía en su mundo
negro. Un mundo de adultos en el cual no habia lugar para la infancia.
Todo era serio, oscuro y sucio. El pobre no había disfrutado de cosas
tan simples como un cochecito de juguete, una puruleta, una pelota…
El
tenia miedo, en sus ocho años no habia visto más que escombros llenos
de agujeros huecos. Así era su vida, incompleta, vacía,como su estomago.
No
tenía dinero, no tenía padres, estaba solo en ese mundo cruel. Vivía
como podia, sin casa, sin amigos. Su única compañia era aquel recuerdo
amargo de su madre durmiendo en un sueño del que nunca despertaría a causa del fuego. Bombas, fuego por todas partes. La guerra.
Hombres
armados recorrían las calles en busca de cuerpos despiertos. Había que
comer, tenía que esconderse. Jugar a aquel juego llamado escondite,
aquel juego que nunca había conocido y que le protegía su vida.
Era la quinta noche que
Marth se escondía detrás del coche rojo de matrícula ilegible para él.
Parecía un buen lugar donde reposar,no había nada mejor.
La luz del amanecer forzó el despertar del pequeño. Hacia un buen día, hoy sería distinto, no sabía por qué, pero lo sabía.
De pronto una silueta recortó el horizonte. Tac,tac. El sonido de los tacones se acercaba cada vez más.
-¿Estás solo, pequeño?
La entendía, ¿Cómo podía ser? No era de allí, lo notaba en sus facciones,en su tez blanca, aún así hablaba su idioma.
Se abstuvo a contestar, tenía miedo.
-¿Tus…papás?-Seguía sin obtener respuesta.-Me llamo María, ¿y tú?
-M…MartH.
-¡Marth!
Ummm…¡Marth! Si, si. ¡Eres tú! ¡Menos mal que te encontramos!- El
teatro parecía funcionar.-Ven, te llevaré a un sitio tranquilo, lejos de
todo este ruido, ¿Te gustaría? ¡Habra mas niños con los que jugar!
-Yo…yo no… tengo miedo. Hay mucho fuego por allí. Me quedo aquí, es… mi refugio,este coche rojo.
-Marth, ¿Sabes cuál es el truco de los valientes?- Él negó con la cabeza.-No decir nunca que tienen miedo.
Por primera vez en mucho tiempo, el niño de cara sombría y triste, sonreía.
-Venga, vamos. Ya verás, es un sitio mucho mejor que este. ¡Te gustará!
Y los dos, agarrados de la mano, caminaban hacia el horizonte. El lugar donde comienza la felicidad...
No se si es posible un mundo mejor,pero si que todos seamos mejores,la magnifica utopía de que el hombre deje de ser un lobo para el hombre.