Esto no es una historia bonita, pero es una historia real. Es algo que creo que deberías saber, que todos deberíamos saber y aún así quién me conozca sabe que creo en Dios,pero no en el Dios que permetiria todo esto.
Supongo que habrás oído hablar de las injusticias en el mundo. Gente que
muere de hambre o de enfermedades que llevan años erradicadas en
cualquier país del "Primer Mundo". Dictaduras que lavan el cerebro de
sus ciudadanos y les roban la libertad. Mujeres que mueren a manos de
algunos individuos que se consideran dueños y señores de sus vidas.
Niños que sufren abusos y maltratos por parte de los adultos que
deberían cuidarlos y velar por ellos. Vivimos cada día con todo esto.
Diría que está mal que sigamos viviendo nuestras vidas tan
tranquilamente mientras pasan todas estas cosas, pero lo cierto es que
tampoco podemos dejar de vivirlas por todas estas injusticias, porque
entonces, ¿qué sería del mundo?
Sin embargo, a veces ocurren cosas tan atroces, tan abominables, que es imposible darles la espalda a lo largo de toda la historia de la humanidad.
No
es normal pensar que hacer el amor es pecado. No es normal
pensar que Dios no quiere a las lesbianas y los homosexuales. No
es normal que la iglesia oculte abusos de niños. No es normalq ue mujeres vivan dedicadas exclusivamente a un marido el cual tiene un harén.No es normal llevar un burka en la cabeza e ir tapada hasta los pies.Ni que los
sacerdotes no se puedan casar. No es normal la riqueza del
Vaticano, ni los anillos, ni el oro, ni el dinero tirado en campañas de
publicidad y todo ese beato absurdo mientras 30 millones de
personas se contagian de Sida en África por no usar
preservativo. No es normal que se construyan templon millonarios a miles de dioses distintos en Asia,ni que la gente se mate en nombre de Alá.No es normal que los marroquis aqui construyan mezquitas en cada ciudad y nosotros en Marruecos seriamos asesinados por proponer un templo.
Dios no hizo con dos brazos, y con dos piernas y con nuestros errores.
Y
también nos hizo con la capacidad de amar, de querernos, de tocarnos, de
sentir con la yema de los dedos un pulso acelerado por la excitación.
Y eso, eso... eso no puede ser pecado.
Ustedes se empeñan en hacerlo más difícil y enrevesado, como si no nos
bastasemos nosotros mismos, la propia humanidad, para complicarlo todo. Señores de distintas religiones,
amar es entender también el rechazo, entender que te van a
hacer daño, entender que vas a sufrir, que vas a llorar... y entender que las
cosas son muy distintas. Qué pasa, ¿que hoy te casas y eres feliz para toda la
vida? No siempre, falso... falso,no hay que aguantar infidelidades,abusos,ni vejaciones,siempre me he proclamado en contra de todo aquello que cause dolor. Por muchos siglos que
puedan seguir proclamándolo, porque el amor es lo único que no causa dolor.
Porque si algo he aprendido estos
años, es que si apretar un cuerpo hasta convertirse en uno, si eso es pecado,
señores, soy un pecadora y si,creo que el mundo sólo conocera la paz cuando el poder del amor sea mayor que el amor al poder.