
y la cama aún deshecha respirará hacia dentro el olor de su cabello.Estará descalza sobre la alfombra, bella y despeinada, con sus ojos haciendo juego con el color de las paredes,lanzando bostezos a las lámparas, que bailan levemente sobre su garganta profunda.Habrá perdido las llaves del coche y saldrá con prisas sobre sus minusculos pies.
Harán colas interminables los vecinos por los quince segundos de morbo en ascensor o en el rellano del pasillo.Murmurarán las aceras de su barrio que cada día está más guapa y más puta,dirán las vecinas envidiosas de su inocencia.
Llegará tarde al trabajo, con su vestido
de flores y unos tacones que engañan exageradamente sobre su
minima altura.Se la follarán con los ojos los casados,con
curiosidad la amarán los jovencitos,se rozarán con su piel los
más maduros,silbarán sucias melodías los ancianos del
parque.Habrá huelga de prostitutas en las esquinas,
maniquies en los contenedores de basura.Se inundaran los quirófanos de mujerespara operarse los gluteos,colas de humedades en los aseos masculinos.
Será París tan feliz como yo era cuando bailabas tú por mí.
Aquí en otra ciudad,en tu ciudad,sin embargo,seguirá la vida pasando lenta como un reloj de arena,con lluvia en el interior.
El buzón echando de menos tu caligrafía mientras algun cantautor se rompe la voz en mi oído,por una mujer que también como tú,cambió su corazón por un paisaje salvaje.
Aquí los vecinos huyen de mi saludo,los semáforos ridiculizan mi daltonismo,me arrodillo ante la primera mujer que sepa doler como duelen los inviernos sin las novias del verano.
maniquies en los contenedores de basura.Se inundaran los quirófanos de mujerespara operarse los gluteos,colas de humedades en los aseos masculinos.
Será París tan feliz como yo era cuando bailabas tú por mí.
Aquí en otra ciudad,en tu ciudad,sin embargo,seguirá la vida pasando lenta como un reloj de arena,con lluvia en el interior.
El buzón echando de menos tu caligrafía mientras algun cantautor se rompe la voz en mi oído,por una mujer que también como tú,cambió su corazón por un paisaje salvaje.
Aquí los vecinos huyen de mi saludo,los semáforos ridiculizan mi daltonismo,me arrodillo ante la primera mujer que sepa doler como duelen los inviernos sin las novias del verano.
La realidad es que no tengo amor
propio.Ya no sé amar nada que no tenga algo que ver
contigo.Y no, seguramente,ya jamás volverá a ser lunes
por aquí,aunque esta cara que me dejaste de domingo eterno esté
siempre diciendo lo contrario.
El autor es Ernesto Perez Vallejo y el libro se llama de Laura y otras muertes...
El autor es Ernesto Perez Vallejo y el libro se llama de Laura y otras muertes...