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Lo más difícil es querer a alguien y ser lo suficiente valiente para dejar que te quieran.

viernes, 3 de febrero de 2012

Frio Polar...


Hacía Frío mucho frío.Tras varias cervezas frente al lago congelado,lo bueno de Alaska es que las cervezas tardan más en calentarse.Yde esa manera timida con la que él le preguntó ‘¿te apetece?’ justo antes de empezar a hacerse el amor, o follarse mutuamente, si es que acaso hay diferencias.Para ella,era lo mismo,nunca le habian enseñado la diferencia.Era la tercera vez que se veían,quizás ella le mirase a los ojos más tiempo o dejará de tocarse el pelo y hablar de superficialidades,ya ese día sus normas le permitian explicar el por qué de su mundo de Alaska,pero a la vez contar sus cosas más divertidas e incluso trasnsmitirle su alegría de vivir,y se le habian atragantado en la garganta las ganas de comersela a besos con las de follarsela.A veces ella intenta hacer el amor. Ya sabes, ir lento, despacio, suave. Empezar con caricias, besos, suspiros.Pasarse la eternidad asi.Le gustaba temblar despacito.Como en las novelas románticas de los libros de esas viejas estanterias. Tan bonito que casi dan ganas de llorar, el mundo desaparece ante tanta ternura. Y es perfecto, mejor que en las películas, porque es real.

Pero entonces... aumenta el ritmo, le muerde el labio, gime y todo se vuelve confuso, rápido, acalorado, intenso y apasionado. Y ya no hay quien les pare, son carne, labios, uñas y dientes. Son dos titanes luchando por llegar al mismo lugar. Es tan inevitable como la marea y tan superior a ellos como una tormenta. Es la grandeza del universo desaparecida para dar lugar a dos amantes que intentaban hacer el amor y, una vez más, han acabado follando como animales salvajes descontrolados. Y es perfecto, mejor que en el porno, porque es real.

Cuando hay dos cuerpos desnudos, la timidez no cabe entre ellos, no tiene lugar, no pinta nada. Se acercaron temblorosos, llenos de incertidumbres, de preguntas, de inseguridades. Se hicieron eternos esos segundos previos al contacto, acortando las distancias, apenas unos centímetros que parecieron kilómetros mientras avanzaban el uno hacia el otro. Entonces se tocaron y todo ocupó su lugar. No sólo ellos, el universo entero encontró su sitio, todas las cosas que han sucedido y que sucederán en algún momento encajaron a la perfección, sin preguntas, sin por qués, sin cómos, sin dudas.

Y se devoraron vivos, moviéndose a un ritmo frenético, como si quisieran atravesarse la piel a base de fricción, como si creyeran que podían, que es posible que dos seres se unan en uno solo. En un amasijo de sudor, saliva y sexo tocaron el cielo y el infierno a la vez, apenas podían respirar, no podían hacer nada que no fuese eso, ni si quiera pensar, y jamás, jamás parar. Hasta que se consumieron y quedaron hechos un trapo envueltos el uno en el otro. Puede que ya nada tuviera sentido, pero tampoco lo necesitaba.

En ese momento, sólo tenían que existir,jugar a vivir, ni más ni menos.Brindar por el Carpe Diem,el momento,la libertad,las risas,el aqui y ahora,el mañana no le importaba a ninguno de los dos.