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Lo más difícil es querer a alguien y ser lo suficiente valiente para dejar que te quieran.

martes, 21 de julio de 2009

Elena...

Esta historia no se si era exactamente así,pero bueno..la lei hace ya algún tiempo e intente retenerla en mi memoria,como se retienen tantas cosas que no quieres que se te olviden y un día sin más se borran, pero decia algo asi:

Hacia una de esas noches oscuras y frías, donde el aire helado, tajante y estático podía agrietar las pieles mas sensibles, en una pintoresca ciudad cercana a una zona de grandes desiertos y playas paradisíacas.Elena, sin embargo, se encontraba en su cálido apartamento, y vestía sólo un camisón negro de seda, con finos encajes que delineaban perfectamente su escote, sus pechos se movian con soltura detras de la seda tras cada movimiento que ella hacia. Era una mujer de unos treinta y pico, alta y esbelta, morenos y lacios sus cabellos y dueña de unos ojos verdes que encandilaban en la noche con un brillo felino y magico.Ojeaba sus rasgos frente al espejo, los estudiaba con detenimiento mientras se maquillaba y le daba color a su piel. Su rostro era bello y dejaba ver cierto dejo de melancolía y satisfacción a la vez...Delineaba sus ojos con arte y les daba un aire sofisticado y enigmatico, pinto sus labios de un rojo intenso y brillante. En el aire flotaba una música de fondo, armoniosa y relajante, suave y tranquila, como para inspirar a esa musa. Cuando terminó de resaltar sus pestañas, que fue el toque final, pulverizó sobre su cuello, escote y muñecas unas cuantas gotas de “Amor,amor” de cacharel…Pensó que ya era hora de vestirse, pero antes se miró de reojo nuevamente al espejo y no pudo evitar lanzar una risa un tanto nerviosa y maliciosa. Sacó del vestidor un vestido negro, entallado, clásico e impecable, un abrigo largo, bastante grueso y abrigado para esa época del año y ese lugar. Elegió zapatos negros, de tacos muy finos y altos, los estrenaba ese día y los había comprado pensando usarlos en una ocasión muy especial...Se aprestaba a salir entonces y ya a punto de poner llave a la cerradura volvió, rápida y fugaz como un rayo, sacó un objeto color plata de uno de los cajoncitos del mueble de entrada y unos guantes negros, guardo estos elementos en su pequeña cartera de terciopelo negro. Entonces si, esta vez, cerró la puerta y partió.Caminaba sola por las calles, silenciosas y desiertas, ya era bastante tarde, entrada la noche, y el clima tan frío no se prestaba para las caminatas nocturnas. El ruido de sus tacos daban golpes secos y certeros sobre la acera, sonaban a ritmo con la sincronicidad de las agujas de un reloj.
En una esquina una limusina negra con los vidrios totalmente polarizados la esperaba...Ella subió en la parte de atrás. El arrancó y luego de unos veinte minutos de viaje llegaron al otro lado de la ciudad. Esta parte tenía una altura mayor respecto de la parte céntrica y desde ahí arriba se podían ver las luces de los barcos, farolas del puerto y algunas luces de neón de algunos comercios,se acercaba la navidad, la vista era verdaderamente maravillosa.El coche estacionó frente a una de las pocas casas que había en el lugar, entonces ella se calzó los guantes que cubrieron sus finos, pálidos y delicados dedos, sus uñas largas y rojas penetraron lentamente. Abrió la puerta, bajo del coche y encendió un cigarrillo, apretó con sus labios sensuales y carnosos el filtro y le dió una larga y profunda pitada, su mirada era fría, fuerte y determinante. Exhaló el humo que quedó flotando estático en el aire frío de la noche y sin dudar un segundo y con una seguridad de la cual todavía me cuesta creer, caminó hacia la casa. Sacó unas llaves de su bolsillo y abrió el portón de rejas, atravesó el jardín cubierto por una fina capa de nieve y con otra de las llaves ingresó a la casa por la puerta principal. Todo afuera estaba en silencio y desolado.De ahí en más no pudo saberse más nada, sólo les diré que al cabo de una media hora Elena volvió a aparecer atravesando la puerta, le puso llave, atravesó el jardín y luego cerró el portón.
Fue como tener un déjâ vu ver esa misma imágen minutos atrás, pero en reversa, como mirar una pelicula hacia atras, como mirar hacia atras en nuestra propia historia, y no se porque pero un escalofrío recorrió toda mi piel.Ella llegó al auto y se subió, esta vez en la parte de adelante, al lado del conductor. Su mirada brillaba en la oscuridad, su mirada era diabólica pero increíblemente hermosa! El hombre al volante sólo se limitaba a observarla de reojo mientras ella en un desliz dejó caer de su cartera un bisturí, filoso, impregnado de sangre todavía muy roja y fresca. Su acompañante estaba confuso pero calmo, de todos modos no le incumbía de lo que se trataba aquel asunto. Ella parecía gozar de la situación viendo la reacción del único testigo a su lado y fue ahí entonces cuando tomó una pequeña cajita metálica de uno de los bolsillos de su abrigo y le enseñó, apenas abriéndola, una especie de tejido humano, desgarrado y sin forma. Era parte del corazón de una persona, tal vez la parte ventricular o auricular, que más da... era parte de un corazón humano que parecía aún latir y aullar de dolor y al que ella le había puesto fin con la frialdad de un cirujano.
Asi era Elena, a veces angelical, a veces demoníaca. A su propio corazón bastante desgarrado tal vez le había llegado la hora de invertir las cosas...Corazones desgarrados, muertes simbólicas, sangre que brota, tejidos que se abren...y un sonido agudo y constante entrando como agujas en mis oídos...hora ya de levantarme? Si, escucho el sonido de la alarma indicando las 8.30 am, respiro profundo enroscada todavia en las sábanas, latiendo y palpitando rápido mi corazón, tensa y con las imágenes de esa pesadilla que me pareció tan real todavía muy latentes.Abro los ojos y veo mi habitación, todo normal, me relajo y vuelvo a respirar. Finalmente me levanto de la cama, me doy una ducha para despejarme pero no puedo sacar de mi mente aquellas imágenes...Esa mujer desconocida para mi se había metido en mis sueños, sería una asesina a sueldo...? o tal vez una venganza la llevó a cometer semejante atrocidad...? Siento un bloqueo, una negación y una extraña sensación en mi interior...Creo que mejor dejo de pensar...basta! Tengo que organizar mi agenda de trabajo, saber que ropa voy a usar, estuve durante mucho tiempo viajando de aqui para allá, disfrutando de los placeres alrededor del mundo, y no hay dinero que alcance para darme esos lujos, pongo mi mente en blanco y apunto directo al objetivo: ganar mucho dinero, no importa como, fui hecha para eso y lo hago bien.
Entonces observo dentro de mi vestidor y me parece muy adecuado usar ese vestido negro hoy, ese tan elegante, sentallado. Y que tal esos zapatos negros aún sin estrenar...? mmm...si, definitivamente hoy será el día perfecto...un coche negro esperará por mi esta noche...