Betty
es una chica curiosa y preguntona.El monstruo que vive en su armario suele
asomarse unos centímetros de más para verla mejor.Tiene que tener
cuidado,porque ella balancea los pies como una niña pequeña
sentada en su sofa rojo.Quizá sea porque es mujer niña
pequeña,quizá es por eso,por todo o por nada,el caso que el monstruo del armario muestra más
interés por ella que por sus zapatos -y eso que son unos buenos
zapatos.Unas bailarinas rosas llenas de arañazos,que traman
travesuras inocentes mientras trotan de puntillas sobre el traqueteo de la vida.Ella se espabila cuando dan las doce,estirando sus brazos como para
desperezarse.Mientras todo el mundo busca donde dormirse,unos
soñando con un futuro mejor,otros reviviendo un pasado glorioso y
ella cautivada en su ahora,en la hora exacta,ella dice
-Hola
,y el monstruo del armario, que es un monstruo bajito, y un poco feo como todos los monstruos de las peliculas y los libros, se demora unos segundos en esconderse, porque esa sonrisa,tres milímetros a la derecha,cinco a la izquierda,dos hacia arriba y el labio de abajo hundido,le deslumbra. Otra vez.El monstruo del metro,a fin de cuentas,no está acostumbrado a nada más que el gris de las prisas y el miedo de la gente cuando le ve. Ella sonríe,sonríe,hasta que el mostruos avergonzado se esconde de nuevo entre las medias y los vaqueros.Es entonces cuando el monstruo del armario suspira, apenado, flojito para que no se note. Y luego gruñe, un poco más fuerte, porque es su trabajo.
-Hola
,y el monstruo del armario, que es un monstruo bajito, y un poco feo como todos los monstruos de las peliculas y los libros, se demora unos segundos en esconderse, porque esa sonrisa,tres milímetros a la derecha,cinco a la izquierda,dos hacia arriba y el labio de abajo hundido,le deslumbra. Otra vez.El monstruo del metro,a fin de cuentas,no está acostumbrado a nada más que el gris de las prisas y el miedo de la gente cuando le ve. Ella sonríe,sonríe,hasta que el mostruos avergonzado se esconde de nuevo entre las medias y los vaqueros.Es entonces cuando el monstruo del armario suspira, apenado, flojito para que no se note. Y luego gruñe, un poco más fuerte, porque es su trabajo.
Había pensado hacerle una foto,pero se asustaria por el flash,asi que si
quieres,te apetece y no te dan miedo los monstruos,vienes un día y a TI te lo presento encantada...