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Lo más difícil es querer a alguien y ser lo suficiente valiente para dejar que te quieran.

jueves, 30 de enero de 2014

Hoy es nochevieja...enero no me ha gustado.

Rompí a llorar. Me encanta esa expresión.
No se dice rompí a comer o rompí a caminar. Rompes a llorar o a reír.
Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos.

Tengo la suerte tener un blog,un lugar que me permite reflexionar sobre muchas de las cosas que a veces comento por aqui...
Esto pasaba hace un rato en un sencillo bar de una esquina; el que existe en todos los barrios, pueblos y plazas de nuestra geografía.Cómo en el que estaba hace un rato con mi amiga,depués de una tarde de biblio,nos sentamos y miramos a la gente, donde se concentran las preocupaciones, prisas, penas y alegrías del vecindario. Allí, además de humeantes cafés, revolotean palabras que vienen y van, y se chocan y rompen como cristales.

 Le dice él a ella: "¡Maldita sea, Reme. Que se acabó, joder!" La chica replica: "Juan, lo que me quieres decir es otra cosa, lo sé. Tú me quieres". En la barra una madre le dice a una adolescente: "Podrías hablar con tu madre en lugar de estar con ese teléfono". La chica: "¿Hablar? Pero si todo lo que te digo te suena a chino". Enfrente unjoven se despide en su móvil con un "Te quiero" y justo en otra mesa una mujer con un "No te aguanto más". ¿Quién de todos está diciendo la verdad de todo lo que piensa? ¿Qué esconden realmente esas frases?

Cada vez hay más tecnología, más aparatos, más diccionarios. Sin embargo, los seres humanos nos perdemos en las palabras. Quizá un "Te odio" sea en verdad un "Te amo" adolorido. Un "No me esperes", el deseo de que alguien te diga "Ven, me importas". Un "¿Quieres irte?", la invitación a que te quedes.Yo que siempre se lo que no quiero,y cada día se más lo que quiero,y que adoro las palabras, me quedaba estupefacta,mirando todo a mi alrededor.Y alli miraba yo a mi amiga y pensaba mientrás sonreia:
Quizá, al final, después de haber probado tanta comunicación, sólo nos quede esa brújula silenciosa que casi nunca falla: el contacto de ojos y silencio. Aquello llamado intuición.



*Mamá voy a salir a dar un paseo¿has visto mis alas y mi varita mágica?
-cariño,las subio papá al desván,decia que ya no las usabas para hacer feliz a la gente que te rodea.