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Lo más difícil es querer a alguien y ser lo suficiente valiente para dejar que te quieran.

jueves, 20 de septiembre de 2012

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A ti,que no sabes los besos que me caben en la boca...a ti que me pones a mil.★

“Me apeteces” y me sonreiste. Tu sonrisa. Otra vez. “Maldito. Me envenenas”. Y tu sonrisa. Otra vez.Da igual.He caido en la trampa.He perdido la partida.
Y me besaste. Suave, lento… donde yo queria. Pero tus manos en mis caderas gritaban un “vamos ven nena”, y yo entre tus brazos solo tuve que dejar las cosas pasar. Como siempre. Como nunca.La sinergia de las cosas que pasan sólo las noches de luna llena.
Y tus piernas se enredaron con las mias y perdiste las coordenadas de mi boca.Yo abracé tu cintura y tu… te empeñaste en limpiar de ginebra el resto de mi piel. Yo te apretaba. Tu me mordías. Estaba completamente perdida en tu respiración. Sonrisas. Guiños. “Aprietame fuerte”."Hazme tuya"
Y tu pecho, caliente pegado al mio. Y mis piernas. Ah no, las tuyas. Y me susurras algo al oido que no logro entender, pero no importa, porque me encanta.Porque en cierto modo eres mío,de nadie. Y me pierdo en un mar de suspiros mientras tu bailas al son de mi respiración.
Y mis latidos se aceleran. Cantan la misma canción. Mientras tu cuerpo y el mío se deshacen en sus compases entre corcheas, semicorcheas, fusas y semifusas o la quinta sinfonia. Entre todo eso y sin dejar espacios a los silencios. No nos gustan.Nos gusta hablar. Y me aprietas.Y yo sudo. Y te aprieto y tu te arqueas y me sonries.Sujetas mis manos y el ritmo arritmico se confunde con el olor de las mañanas de septiembre, y del ginebra de tu garganta y el tacto de tu piel, y del escalofrio que sube por mi espalda relajando cada músculo de mi cuerpo, que está bajo el tuyo. Relajados a la vez. No respiro.No te oigo. No te escucho. Ni siquiera te siento. He cerrado los ojos…muero de placer.