Le iba a pedir que le bajara la luna,pero no estaba a la altura.Quizas era demasiado musa para un poeta sin sueños.Y de un día para otro,lo imprescindible se quedo en el olvido y lo eterno se volvio tan fugaz como un pestañeo.Y es que,al final de todo, siempre esta el mar.
Tranquilo corazón,ya habrá alguien que nos quiera de verdad...