Normalmente cuando una chica dice que tiene frío quiere que le dejes tu chaqueta para poder esnifar así el dulce olor que desprendes o que le des uno de esos abrazos de osos que te dejan sin respiración y que te hacen olvidarte de todo. Aquella noche cuando te dije que tenía frío, quería la segunda opción. Pero tú, inocente, me dijiste que ni podías hacer nada... y sí que podías. Sin embargo, vi la duda en tus ojos...ya no me hizo falta nada más,para saber que se acercaba el frio.
Dispárame una bala directa al corazón o envenena mi taza de café. Si lo prefieres también puedes tirarme desde un acantilado, delante de un camión o desde un noveno piso. Me da igual. Hagas lo que hagas, hazlo rápido. Y hoy, en este mundo cada día más loco, más lleno de ambiciones, de enfermedades emocionales y más vacío de deseos de amor, estoy realmente jodida.